Mirada a las luchas regionales: hacer convergencia

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La territorialización de las resistencias es una característica del contexto regional de hoy. América Latina y el Caribe presentan, en cualquiera de sus territorios, luchas concretas y diversas que dan cuenta no solo de lo que se ha avanzado durante estos diez años desde la derrota del ALCA, sino de lo que se puede emprender juntos y juntas. En ello coincidieron las intervenciones motivadoras de la Plenaria de construcción estratégica en la tarde de este sábado, en el Encuentro Hemisférico que se celebra del 20 al 22 de noviembre en La Habana, Cuba.

Desde sus vivencias en la articulación regional contra el ALCA, al integrar, respectivamente, organizaciones como la Central Sindical de las Américas (CSA), Jubileo Sur, Marcha Mundial de Mujeres (MMM), el brasileño Rafael Freire, la brasileña Nalu Farías y la nicaragüense Martha Flores, recorrieron los disímiles procesos, campañas y acciones que se impulsan actualmente en el campo popular, basándose en sus movimientos. Estos pertenecen a un nuevo ciclo de lucha que tiene lugar en diálogo con experiencias anteriores y que rescatan los principios independentistas, enfatizó Manuel Bertoldi, parte también del panel, en nombre de la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA.

Las intervenciones tuvieron el objetivo de dibujar el mapa de resistencias para definir procesos estratégicos que permitan el encuentro, la integración y la unidad en estos tiempos, es decir, poner en común las principales apuestas y desafíos del movimiento popular frente a la coyuntura para ser enriquecido con las visiones del resto de participantes. El documento final contendrá las propuestas fundamentales salidas de este debate.

Como en la etapa de lucha contra el ALCA, son múltiples las dimensiones que hacen la resistencia de los pueblos en la región. Nalú mencionó algunos avances en estos años como la propia articulación; la recuperación de la memoria; la construcción de conocimiento y rescate de saberes; el ascenso de gobiernos con iniciativas basadas en la solidaridad, la colaboración y cómo se ha integrado la Pacha Mama como sujeto en estos procesos. En ese sentido, subrayó que un punto de convergencia importante en AL y el Caribe es el de colocar al centro la lucha por la vida, como lo han defendido las mujeres, lo cual significa posicionarse frente a problemáticas como el patriarcado, el racismo, la violencia contra la naturaleza, y el territorio. El cuerpo también es un territorio porque desde diversas formas también se encuentra en el seno de esta disputa, afirmó. Con relación a ello, destacó el tópico de la comunicación y cómo nos articulamos para desafiar la producción de una realidad que no incluye nuestros sentidos.

Martha Flores destacó como eje a tener en cuenta el endeudamiento, y las nuevas formas en que hoy se logra legitimar la deuda de nuestros pueblos. Puso énfasis en lo que llamó “financierización de la naturaleza”, y cómo tiene lugar la apropiación de los territorios por transnacionales, empresas y actores foráneos a partir de la imposición de tecnologías. La militarización sigue siendo otro mecanismo de dominación, dijo, y describió la situación de Haití, motivando a la integración en la campaña por la salida de las MINUSTAH de ese país.

Por su parte, Freire recorrió los diversos procesos de lucha que se impulsan en su país, y en una mirada más abarcadora, se refirió a proyectos integracionistas como la CELAC, la UNASUR, el MERCOSUR, el ALBA, la CELAC. De esa forma arrojó luces sobre las plataformas que son referencia para el campo popular, pero cómo lograr la complementariedad y la articulación, fue una interrogante que lanzó en aras de caminar en el evento hacia acciones dirigidas a la unidad.

Para Manuel Bertoldi, la Articulación de Movimiento Sociales hacia el ALBA, proceso gestado por diferentes movimientos populares de amplia base social, resulta una alternativa importante de unidad continental. La próxima asamblea de este proyecto integracionista que tiene capítulos en varios países de la región, presentes incluso en el evento, y que se basa en los avances articuladores de la lucha contra el ALCA, tendrá su próxima asamblea en la segunda mitad del 2016 y que continuará este debate de cómo construir unidad con el propósito de desarrollar hegemonía y revertir la historia de dominación de las oligarquías latinoamericanas primero y luego las burguesías, en cualquier período respaldadas por el imperialismo.

Bertoldi expresó en que los desafíos actuales para la clase trabajadora son construir alianzas y fortalecer la organización de base, que le permita tomar las calles y movilizarse. Para ello, dijo, es necesario definir acciones comunes, la solidaridad con movimientos y organizaciones populares de otros continentes, apoyar y mantener procesos como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, seguir apostando y defendiendo el socialismo en Cuba, el proceso de paz con justicia social en Colombia, el retiro de la MINUSTAH de Haití, continuar la solidaridad internacional en territorios con resistencias concretas, caminar hacia el horizonte de la independencia económica, política y de justicia social.

El debate marcará los procesos, acciones prioritarias a realizar de conjunto, lo que será uno de los principales resultados de este evento a diez años de la derrota del ALCA.

 

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