El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue el proyecto estratégico de EE.UU. más importante luego de la caída del Muro de Berlín, en 1989, y de la Unión Soviética en 1991. Su objetivo principal era reubicar geopolíticamente a la región bajo el total dominio norteamericano en el ámbito económico, financiero, jurídico, cultural y militar.
El primero de enero de 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) entre EE.UU., México y Canadá. Ese propio año, en la I Cumbre de las Américas, organizada por la OEA en Miami, el gobierno de Estados Unidos presentó el proyecto del ALCA.
Eran años en que América Latina y el Caribe sucumbían ante el Consenso de Washington. Un período de represión ante la resistencia y crisis en el movimiento revolucionario mundial. Estos factores habían tenido un impacto directo en la desarticulación de lucha de los pueblos.
En mayo de 1997 Bello Horizonte acogió la reunión de ministros de comercio de la región en cuya agenda figuraba el ALCA. Aquí comenzó a gestarse la resistencia organizada. Las consecuencias nefastas del modelo neoliberal, el desempleo y la pobreza, la miseria y la explotación conducían a un proceso de toma de conciencia de los pueblos.
Un año después, en 1998, tuvo lugar la II Cumbre de las Américas en Santiago de Chile. Por primera vez se organizó, en forma paralela, una Cumbre de los Pueblos en la que confluyeron organizaciones de diversos signos políticos y sociales. Se dieron así, en Bello Horizonte y Santiago de Chile, los primeros pasos de la Campaña contra el ALCA.
A partir de entonces, cada cumbre de jefes de estado tuvo una respuesta de los pueblos en resistencia. Organizaciones sindicales, de campesinos, de indígenas, de mujeres y jóvenes, de profesionales y redes de la sociedad civil, fueron sumándose a la lucha.
Las movilizaciones de Seattle y Cancún, en ocasión de sendas cumbres de la OMC, y en Quebec, durante la III Cumbre de las Américas, marcan hitos en la lucha de los pueblos enfrentados a la represión de las fuerzas policiales.
Cuba, país excluido del proyecto del ALCA, no estaba ajeno a los grandes peligros que entrañaba para Nuestra América tal engendro anexionista. La Cumbre de Quebec en abril del 2001 marcó la incorporación plena de nuestro país a esta batalla con la participación de una pequeña delegación cubana. La valiente denuncia del presidente Chávez en solitario ante el resto de los gobernantes que apostaban por tan nefasto proyecto, así como la represión de las protestas, llamaron poderosamente la atención del compañero Fidel. Así, el primero de mayo de 2001, en la Plaza de la Revolución, Fidel dedicó su discurso a la necesaria batalla que se libraba contra el ALCA.
En noviembre de ese mismo año celebramos el Primer Encuentro Hemisférico de lucha contra el ALCA en la Habana, que se convirtió, desde entonces, en un importante escenario de esa batalla.
¿Cuáles fueron las principales contribuciones de ese espacio a la batalla contra el ALCA?
- Generalmente los encuentros de las organizaciones y pueblos tenían lugar en ocasión de cumbres, foros y grandes movilizaciones; ello no contribuía a un escenario tranquilo de reflexión y construcción de estrategias. Cuba ofrecía esa posibilidad.
- La presencia de Fidel en cada uno de los encuentros y su respaldo político contribuyó en gran medida a consolidar ese espacio. A las redes y organizaciones agrupadas en la campaña contra el ALCA se sumaban ahora cientos de organizaciones nacionales y territoriales con mucha experiencia de lucha que habían encontrado un espacio de articulación en estos encuentros. Fue también una oportunidad para juntarnos con los más importantes referentes de la izquierda latinoamericana y sumar fuerzas con intelectuales, parlamentarios, juristas, comunicadores. En esos encuentros estuvieron Chávez, Evo y muchos otros líderes progresistas de la región.
- La Habana fue una importante contribución a la unidad y, por tanto, un escenario fundamental para la concepción de estrategias y la articulación de los programas y planes de acción, junto a la Alianza Social Continental y la Campaña contra el ALCA.
Este 5 de noviembre se cumplen 10 años de la Cumbre de Mar del Plata. La larga lucha de los movimientos sociales y las posiciones de defensa de la soberanía nacional de los gobiernos progresistas que llegaron al poder en aquellos años, encabezados por Chávez, Lula y Kirchner, hicieron posible la derrota del ALCA como proyecto de dominación. En la actualidad, ante nuevos y viejos peligros, los movimientos sociales y populares, así como otras fuerzas políticas de izquierda, están necesitados de recuperar el legado de unidad y articulación que dejó la Campaña Continental de Lucha contra el ALCA. En ese camino es que organizamos este encuentro.
Comité organizador