Miles de militantes de movimientos sindicales y organizaciones sociales venidos de 23 países de las Américas participaron en la mañana de este jueves 16, de la marcha y acto de apertura del Encuentro de la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo, en Montevideo, Uruguay. Mujeres y hombres, campesinos, indígenas, sindicalistas, estudiantes, ambientalistas y antiimperialistas marcharon junto a trabajadores y trabajadoras de Uruguay para decir “Ni un paso atrás, los pueblos seguimos en lucha”. La jornada tiene como ejes la lucha contra el libre comercio y las corporaciones transnacionales, la defensa de la democracia y de la integración de los pueblos.
“Acá estamos reunidos después de este largo caminar que tiene nuestra América por la liberación no solamente de los gobiernos fascistas, capitalistas, sino también en lucha incansable de recuperar la identidad de nuestro pueblo y nuestra clase. Esa es la gran tarea del momento. No somos clase media, somos clase trabajadora de hombres y mujeres que han luchado incansablemente por la defensa de la tierra, de la vida, de la democracia y contra el capitalismo”, afirmó Francisca “Pancha” Rodríguez, de la Via Campesina y de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (Anamuri).
Saludando al pueblo uruguayo, Pancha recordó al compositor y compañero Daniel Viglietti, que “se fue hace poco pero nos dejó la tarea de desalambrar nuestro territorio -los cercos que nos tiene el capital, el imperialismo- y de acabar con la derecha que fraudulentamente va ocupando el espacio que nosotros algun día hemos dejado vacío. Tenemos que recuperar el pueblo, la soberanía popular, fijar la sociedad que queremos construir. Y queremos una sociedad socialista en nuestro continente. Por eso decimos: ¡ni un paso atrás!”.
Ella enfatizó el protagonismo fundamental de las mujeres y destacó que la lucha no es solo contra el capitalismo, sino también contra el patriarcado: “Es una lucha que todos tenemos que abrazar. Con feminismo habrá socialismo! Y ese es el camino que tenemos que transitar”. Por fin, destacó que rescatar el pueblo cautivo de los medios de comunicación -“una arma mortal a servicio del capital”- exige unidad y el fortalecimiento de nuestras organizaciones, movimientos sociales y sindicales. “Es preciso tener certeza que la lucha es por la democracia, con justicia, contra el neoliberalismo, contra el imperialismo y el capitalismo. Juntos podemos avanzar, afirmando el derecho de los pueblos a su soberanía nacional, alimentaria y energética, y la soberanía de los cuerpos y derechos de las mujeres, así como el derecho a la educación de nuestros jovenes”.
Por un modelo humano de sociedad
“¡Viva la unidad de los pueblos y la construcción consensuada de una perspectiva de liberación para todos los pueblos del continente y del planeta!”, destacó Marcelo Abdala, secretario general de la central sindical uruguaya, el PIT-CNT. Recordó el contexto actual, marcado por una crisis multidimensional del modelo hegemónico capitalista, de sobreproducción y de infraconsumo de gran parte de la humanidad, de sobreacumulación del capital. En síntesis, enumeró: una crisis civilizatoria en la cual la circulación financiera está desconectada de las necesidades humanas.
“Será la humanidad quien deberá crear todas las condiciones para la superación de la formación social capitalista que hoy domina el mundo”, dijo. Denunció el fetiche y la mentira del libre comercio, que solo ha generado más pobreza y desigualdad, y para eso citó un estudio de la ONG inglesa Oxfam: “El 1% más rico del planeta tiene más recursos que el 99% de la población restante. Sus recursos crecieron 44% en los últimos cinco años. De las 100 entidades más poderosas, 69 son empresas transnacionales. Las 10 mayores empresas transnacionales tienen más riqueza acumulada que 180 países. En el año 2015, había 700 millones de personas en extrema pobreza, 815 millones padeciendo hambre crónico, 22,5 millones de refugiados”, afirmó. “Y la aberración más grande del capitalismo, que debe sublevarnos y convocarnos a unirnos por una sociedad más humana: 5 millones de niños muertos, en 2015, antes de los cinco años por enfermedades curables y por el hambre. El capitalismo mata, condena a la exclusión, al desempleo, a la desocupación a porciones enteras de la humanidad. Estamos aquí con la convicción y con el sentimiento de que una sociedad mejor, sin explotados y sin exploradores; es posible, es necesaria y dependerá de nuestras luchas”.
Unidad contra la ofensiva neoliberal y conservadora
Los golpes de Estado en Honduras, Paraguay y Brasil, el bloqueo económico a Cuba y Venezuela y el creciente protagonismo de la derecha violenta, fascista y al margen de la institucionalidad en todo el continente, son parte de la reacción del capital a los avances que los pueblos de Latinoamérica han tenido en la primera década de este siglo con los gobiernos progresistas.
“¡Fuera Temer y todos los agentes del neoliberalismo mundial!”, alentó Wagner Freitas, presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT) de Brasil, que trajo un saludo del ex-presidente Lula. “Brasil vive un golpe social, judicial, midiático que exige presencia del compañero el tiempo entero para que no se avance más en ese golpe dado contra una mujer, la presidente Dilma, que tuvo 54 millones de votos. Brasil no tiene gobierno, Temer no ha sido eligido. La plataforma que él está poniendo en prática no fue aprobada por nadie. Dudo que alguien que dijera que iba acabar con los derechos de los trabajadores y vender todas las empresas estatales brasileñas al capitalismo internacional fuera ser eligido. Por eso él es un impostor, no tiene autoridad”.
Freitas argumentó que lo que se está viviendo en Brasil es consecuencia no de los errores en el gobierno, sino de los aciertos, “por la osadía de eligir varios gobiernos en Latinoamérica que tuvieron un comportamiento diferente y se contrapusieron a la total aceptación de los Estados Unidos en el mundo entero”. La creación del bloque BRICS, con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que rechaza utilizar el dólar norteamericano como parámetro de la moneda, la creación de un banco mundial y la disputa de espacio dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en un claro enfrentamiento al imperialismo es lo que conllevó a los golpes en los varios países del continente y tentativas de inestabilización.
“Osamos, no solo en afirmar que otro mundo es posible, sino al construirlo en la práctica. Se está creando la conciencia de que tenemos que caminar de cabeza erguida y que tenenos condiciones de presentar soluciones para todos, sociedades más dignas, decentes y plurales. Es una disputa por el comando del Estado, para tomar el derecho de los trabajadores, como hacen con la reforma laboral en Brasil y la tentativa de privatizar la salud y la educación”, afirmó Freitas.
A través de un mensaje de video que envió, Lula destacó que los gobiernos progresistas en la región, en estrecha sintonía con los movimientos populares, supieron promover grandes transformaciones económicas, sociales y culturales en nuestro continente, conquistando dignidad inédita para nuestros pueblos. “No hicimos todo lo que nos gustaría ni todo que era necesario, pero avanzamos bastante en el desarrollo compartido y en la integración de Latinoamérica. Realizamos cambios sin precedientes que hicieron posible continuas victorias electorales de la izquierda en la región. Nuestro continente pasó a hablar con una sola voz soberana y democrática en el mundo”, expresó.
Lula afirmó que el violento golpe contra la democracia y la persecución sistemática al Partido de los Trabajadores y a los partidos de izquierda en Brasil, el desmonte de las políticas de los gobiernos kirchneristas en Argentina, el cerco brutal al pueblo y al gobierno venezolano, los ataques derechistas a los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Uruguay, muestran nuevas facetas del neoliberalismo y del conservadurismo que exigen fuerte resistencia y articulación de los movimientos populares. “Ya derrocamos una vez el proceso neoliberal y no tengo dudas de que lo haremos de nuevo”.
El acto de apertura cerró con los retos en la agenda de la Jornada y la convocatoria a la unidad sin exclusiones: en la diversidad, en cada pais, con la juventud, para mejorar la vida, derrotar al enemigo y avanzar siempre en la perspectiva de la transformación hacia una sociedad de la que cada cual aporta según su capacidad para recibir, y de acuerdo a sus necesidades.