por Radio Mundo Real
La presidenta constitucional de Brasil Dilma Roussef será una de las oradoras este viernes en Montevideo cuando se conmemore, en el marco de un paro general convocado por la central sindical uruguaya, la Jornada Continental contra el Neoliberalismo y en defensa de la Democracia.
La movilización iniciará a las 9.00 en la céntrica Plaza de los Treinta y Tres Orientales desde donde se marchará hasta Plaza Libertad y sobre el mediodía la presidenta destituída a través de un fraudulento impeachment en su país será la principal oradora.
La Jornada Continental de lucha en Defensa de la Democracia y Contra el Neoliberalismo es una actividad que se desarrollará en simultáneo en toda América Latina y Caribe convocada inicialmente por las siguientes redes y organizaciones: Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Américas, CLOC/Vía Campesina, Marcha Mundial de las Mujeres, Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe, ALBA Movimientos, Centro Martin Luther King, Capitulo Cubano de ALBA Movimientos, Jubileo Sur/ Américas, Internacional de Servicios Públicos, Campaña para Desmantelar el Poder de las Trasnacionales.
A continuación un resumen de los fundamentos y referencias de esta jornada en el actual contexto latinoamericano y caribeño.
Este 4 de noviembre de 2016 encuentra en las calles de América Latina y Caribe a las organizaciones y movimientos sociales que lejos de renunciar a la defensa de la democracia, la emancipación y la lucha contra el neoliberalismo -cuyas consecuencias y secuelas aún sufrimos con un saldo de desigualdad y exclusión-; por soberanía y justicia social y ambiental, decidimos reforzar el mensaje que nos une: el de la construcción de alternativas para y desde los pueblos de Nuestra América, defensa de los derechos conquistados y obtención de nuevos en beneficio de las grandes mayorías de las poblaciones del continente.
Se trata de una convergencia con historia, organizada, de alcance continental e identidad plural, con un nervio común: la unidad necesaria para responder a la actual etapa del capital en su expresión neoliberal que anula la democracia real, la autodeterminación y los derechos fundamentales de los pueblos, en pos de la explotación de la clase trabajadora y el saqueo de los territorios.
La resistencia a la proclamada libertad de inversión y de lucro trasnacional por encima de los derechos de los pueblos derivó en 2005 en la derrota del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), impulso del capital que no obstante hoy adquiere expresiones “de nueva generación” que significan un retorno a la agenda radical del liberalismo económico, paralizada a finales de los años 90 luego de suspender la negociación del Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), como expresión de la dictadura mundial del capital y de las multinacionales. Para su imposición se aplican nuevos formatos como el Acuerdo Transpacífico – TPP, los Tratados Bilaterales de Inversión – (TBI), Acuerdo sobre Comercio y Servicios, (TISA), entre otros.
Y para ello se atacan y hasta avasallan gobiernos populares en la región que son la expresión de resistencia al nuevo anexionismo trasnacional así como de intentos de integración soberana desde la identidad latinoamericana y caribeña. O con una firme alianza con los sistemas de comunicación corporativos -con quienes comparten intereses- lisa y llanamente se toman esos gobiernos con propuestas empresariales que a través del control de los estados por los propios cuadros de las empresas trasnacionales allanan el camino al control de la renta pública y explotación mediante novedosos instrumentos mercantiles y financieros de bienes naturales, trabajadoras y trabajadores.
Las empresas trasnacionales representan el principal instrumento y beneficiario de la arquitectura del libre comercio en sus diferentes modalidades. Como complemento observamos y enfrentamos su accionar de dominación y captura de las instituciones internacionales, de forma que la capacidad de control mundial le asegure su total impunidad. Ante esta situación se generan procesos y acciones en diversos territorios del continente donde mujeres y hombres (en su mayoría poblaciones indígenas y campesinas) ponen el cuerpo para frenar el avance del capital sobre los bienes comunes.
Esta Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo expresa pues la resistencia a ese embate. Y se articula en la lucha territorial, nacional, regional y mundial contra el libre comercio, las corporaciones trasnacionales y los golpes de Estado, profundizando la democracia, la defensa de la paz y autodeterminación y conquista de derechos reales, propiciando la integración desde los pueblos de Nuestra América.
Los golpes de Estado perpetrados en la región, en Haití en 2004, Honduras 2008, Paraguay 2012 y más recientemente en Brasil, así como los intentos desestabilizadores de la derecha en Venezuela, nos obligan a los movimientos sociales a rearticularnos nuevamente en defensa de la democracia y los derechos de nuestros pueblos. No estamos dispuestos a aceptar ningún retroceso en materia de derechos conquistados por la lucha de los trabajadores/as y campesinos/as del continente.
Entendemos ineludible en ese sentido avanzar hacia un proceso de democratización de la comunicación hoy también capturada por grupos oligárquicos y trasnacionales que construye el relato hegemónico en contraposición a las grandes mayorías y para justificar el saqueo y avasallamiento de las fuerzas populares y los territorios en base a montajes mediáticos, tergiversación y falsedades.
Estos puntos que conforman nuestra agenda buscan la acción y movilización en este contexto donde nos enfrentamos al dominio del mercado sobre nuestras vidas e identificamos la solidaridad y el internacionalismo como principios de unidad. Nos junta la certeza de la necesidad de una transformación sistémica contra el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo, el racismo.
Aspiramos entonces a la construcción de una sociedad estructurada bajo principios de igualdad, soberanía y autodeterminación de los pueblos, con justicia social, ecológica y de género.