La mística de la unidad revolucionaria

DSCN0318Por: Caminos-Convergencia de medios

Un periodista cubano, que cubre el “Encuentro Hemisférico Derrota del ALCA. 10 años después”, me preguntó qué es la mística. Escuchó a una integrante del Comité Organizador invitando a los participantes a ir hacia la plaza del Centro de Convenciones de Cojímar. Esta mañana las sesiones de trabajo no empezaron en un salón o teatro, sino al aire libre, entre árboles.

No había mucho tiempo para explicarle por qué en los espacios que apuestan por la educación popular, preferimos empezar las jornadas con un momento de mística, que prepare al cuerpo y a la mente para la construcción colectiva, que recupere desde el arte, los sentidos compartidos, que recree los valores y tradiciones culturales, de fe y de lucha. Tiene que ver con esa herencia de la espiritualidad cristiana, que no separa al espíritu de las prácticas cotidianas.

Cuando decimos que queremos estar “en cuerpo y alma”, es porque nos disponemos a aportar nuestras ganas, nuestras experiencias, nuestras dudas, nuestra capacidad de aprender y desaprender, para intercambiar y abonar lo que está por nacer cada día. Por eso no faltan en los talleres, reuniones o encuentros como este que se celebra en La Habana, a diez años de la derrota del ALCA, un grupo de personas que diseñan previamente las místicas matutinas.

No sé si mi colega de prensa comprendió sin vivirla, qué es la mística. Las palabras no siempre son precisas, sobre todo cuando les toda dibujar subjetividades. Pero por suerte estaba en pie la invitación a ir hacia la plaza. Ya iba a empezar la mística del sábado.

Galeria1¿Cómo se construye la unidad?

Según informaciones recientes ya somos 170 participantes de 24 países, en representación de 112 organizaciones sociales. Allí en la plaza estaba casi todo el mundo. “Somos pequeñas hormiguitas”, que “gracias a la unión todas juntas se convierten en camión”. Sonaba Calle 13, como un himno sin nación, porque sus letras se sitúan más allá de un territorio y alimentan esa visión de Patria grande, donde caben los sueños que todavía comparten millones.

De mano en mano, se entregaron hojas con diferentes colores y una hormiga dibujada. Ese fue el pretexto para reagruparnos. Distintos sitios de la plaza se convirtieron en “hormiguero”, donde “sin disparar al aire, sin tirar misiles, sin tener que matar gente, usando proyectiles”, había que enfrentar obstáculos: el hambre, la militarización, el capitalismo, el imperialismo.

DSCN0286 Cada grupo de “hormiguitas” plasmó en una tela un grafiti a muchas manos, con mensajes sobre las alternativas que los pueblos construyen ante esos frenos globales, que buscan hacer fracasar el proyecto de integración regional, emancipador y popular. Ante el hambre y la injusta distribución de los alimentos, los movimientos populares plantan soberanía alimentaria. Ante el militarismo levantan sus voces para declarar a América Latina una zona de paz, libre de bases militares, de golpes de estado y de tropas como la MINUSTAH, que permanece en suelo haitiano. Ante el capitalismo y el imperialismo, están las resistencias del campesinado, del movimiento estudiantil, de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los sindicatos. Ante esos inmensos desafíos que quieren paralizar y dominar a los pueblos, se alza la unidad y la solidaridad.

Así quedaron pintados con tonos y caligrafías diversas, los carteles que luego ambientaron el salón de debates de esta jornada de sábado. Se escuchaba al fondo la canción de Calle 13 “El hormiguero”: las hormigas pueden contra cualquier gigante (…) en equipo se resuelve cualquier contratiempo (…) cuando te picamos picamos al mismo tiempo (…) sobre nuestra unidad no debe haber preguntas (…) frente al peligro las hormigas mueren juntas (…) apuesto que los tuyos, se rinden primero porque los soldados míos no pelean por dinero (…)”

 

Esta entrada ha sido publicada en alba, derrota del alca y etiquetada como , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta