La Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo expresa su total preocupación por los altos niveles represivos y las violaciones a los derechos de los pueblos y sus derechos humanos, políticos y sociales que lleva adelante el gobierno golpista actual de Bolivia. Nuestra defensa de la democracia como conquista de los pueblos nos ubica junto al pueblo movilizado y sus organizaciones, que ven en la postergación de las elecciones y vaivenes constantes de las autoridades de facto una falta de respeto y ausencia de reconocimiento de los derechos constitucionales, que atentan contra todo marco de convivencia pacífica.
La convocatoria al nuevo proceso electoral en Bolivia se da en un marco muy complejo, después del golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales -quien resultara victorioso en las elecciones de noviembre de 2019- y con una crisis sanitaria que tiene a la pandemia mundial como uno de sus causantes, pero a la que hay que sumarle la pésima gestión realizada. Es por esta razón que el argumento utilizado por Jeanine Añez y el Tribunal Supremo Electoral, que apela al cuidado de la salud, no es creíble por la propia población, que cansada de las muertes por covid-19, el hambre y el trato indigno de las autoridades, salió a las calles a movilizarse por sus derechos.
Desde el lunes 3 de agosto, diferentes expresiones populares del pueblo boliviano, entre las que se encuentran la Central Obrera Boliviana (COB) y pacto de Unidad, llamaron a un paro indefinido con el objetivo de exigir que se lleven a cabo las elecciones en el país y no se sigan postergando de forma sistemática e ilegal con resoluciones unilaterales. Luego de varios días de protestas y presión popular, el gobierno de facto tuvo que ceder en nuevos criterios de control y observación, y se logró avanzar hacia un nuevo acuerdo.
Denunciamos y repudiamos la activación de grupos de choque, como la Unión Juvenil Cruceñista y la Resistencia juvenil Kochala, quienes con discursos abiertamente racistas, llaman a la violencia y golpean a hermanos y hermanas en la vía pública. También son repudiables los discursos de odio que altos dirigentes y funcionarios emiten en medios públicos contra organizaciones bolivianas y sectores indígenas, campesinos y obreros.
La persecución al Movimiento Al Socialismo (MAS) y sus referentes es una exclusión antidemocrática total; alertamos de esta guerra mediática-judicial que busca aislar y destruir al instrumento político que representa a las mayorías y que puede dar una salida pacifica a esta crisis política, económica y social. Frente a estas actuaciones irregulares del gobierno de facto, invitamos a las organizaciones y movimientos de la región a pronunciarse en favor de los derechos políticos de los movimientos y del pueblo boliviano.
Responsabilizamos al régimen de Jeanine Añez, al Ministro Arturo Murillo y a los grupos de choque paramilitares por todos los hechos de violencia que atenten contra la vida de nuestros hermanos y hermanas que ejercen su legítimo derecho a la protesta, como ya ocurriera en el mes de diciembre en el golpe de Estado que dejó a 36 personas asesinadas. Exigimos el respeto de los derechos de los pueblos, sus derechos humanos y de la vida de quienes están detenidos/as. No toleramos mecanismos de presión como atentados y destrucción de sedes, como las ocurridas con edificios de la COB Y de las Bartolinas.
Como plataformas, organizaciones y movimientos sociales nos ponemos a disposición del pueblo boliviano y sus organizaciones y movimientos para observar y garantizar el correcto desarrollo del proceso electoral y los procesos de seguimiento que sean necesarios. Siempre en defensa de la paz y el cuidado de la vida. Por Memoria, verdad y justicia, nunca más masacres en Bolivia.
¡Democracia para Bolivia!
Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo
15 de agosto de 2020